miércoles, 27 de marzo de 2013

En madrugá

Sevilla se desnuda bajo la llena
luna, entre nubes y humo, incienso,
allá a lo lejos gime una corneta,
tras otro invierno, tras otra saeta.

Ríos de fuego, cirios y penitentes
preceden al de las tres caídas cristo,
en su calvario vio pasar los siglos,
siempre observado por diferentes gentes.

No cabe lugar en la de nadie mente,
cómo puede ser que dos labios se junten,
entre transeúntes, todo caótico,
entre los reproches, de algún católico.

C.D.

miércoles, 13 de marzo de 2013

Yo que tanto he callado...


No negaré el asedio de mis ausencias,
rebeldes con su causa que se sublevan
en el transcurso de mi vida perfecta,
olvidados a conciencia.

Tan solo el de cada madrugada pacto
me permite cerrar cada acto.
Hora de evocar a los pasados,
y a los actores ya fugados...

Al alba reescribir este teatro,
en la hoja que de mí ha callado tanto,
para un espectador cada vez
más basto,
un actor,
menos apto,
un bardo,
con menos tacto.

Ya no le temo a mi vanidad,
ni a mi ser como poeta,
ya le tocó a otros,
juzgar mis letras.

C.D.


lunes, 11 de marzo de 2013

Lucía Pitarch

Cuando del arte nace más arte, poema inspirado en mi relato "Tantum Deus Inculpata Est" y que me encanta. De parte de una gran poetisa llena de talento.

Mis recuerdos son efímeros
grabados de arena 
que con el agua de mis sueños 
fueron dejando mi alma férrea.
El mar oxidó mis ganas,
el viento mis letras,
mis cartas fueron playas
después de amadas, desiertas.
La sal cubrió mis heridas
dejándolas abiertas, secas
encriptadas en el rojo
de mi sangre mugrienta,
mi historia desviada
de lo que un día tuvo cauce
convertido en meandros,
de agua turbia alejada de ser dulce
Por seguir mis ideales,
cambié mi persona,
cambié mi vida, mi suerte,
para hallar, mi alma, sola. 

Lucía Pitarch




domingo, 3 de marzo de 2013

Seis centésimas

Cuando tan solo seis centésimas separan el éxito del fracaso entiendes que la vida se desarrolla en los detalles. Todos me dirán "¡Oh lo intentaste! ¡Está muy bien para ser tu primer año! ¡No pudiste hacerlo mejor!". Sin embargo, yo sé que sí pude. No me refiero a que pude redactarlo mejor, o hacer un relato más simple, sino a la actitud. Me faltó actitud.

 La actitud frente a la vida es lo que marca la diferencia, lo que determina qué tipo de persona somos. No es lo mismo esmerarse hasta desfallecer que hacer el mínimo esfuerzo. No es lo mismo acostarse habiéndolo hecho todo que dejar cosas para mañana.  En este ejercicio de sinceridad conmigo mismo no quiero decir que sea un fracasado, un vago, ni nada por el estilo, pero sí que es cierto que no lo dí todo. Di casi todo, pero no todo. Me faltaron seis centésimas.

De nada sirve ahora lamentarse, ni hacerse mala sangre, es hora de decir basta y no dejar que ésto se vuelva a repetir. De aquí en adelante, frente a cada examen, frente a cada tiro en la cancha, voy a dar el cien por cien de mí. Porque la vida, como vengo diciendo, se desarrolla en los detalles. Porque, como vengo diciendo, la actitud es la diferencia.