sábado, 29 de noviembre de 2014

Puede ser que amar requiera

Puede ser, que amar requiera
como inequívoca idiosincrasia la osadía
del que es joven y confía
en la belleza de la vida,
la de quien jamás ha materializado
la existencia y sigue, por intuitiva prudencia,
en el infantil sueño
de los que están por estrenar.
Puede ser, que amar requiera
condenarse a la dependencia
e idealizar la espera,
abandonar la ciencia finalista
y ahogar la certeza
en la magia de una fe ciega;
ceder a la idolatría,
que subyace en la semántica
de la oración perfecta.
“Te amo”, me dirán sus instintos
que jamás sabrán decirme, volátiles,
ni por qué vino,
ni por qué se fue…
"Te amo" repetirán los míos
asediados por la esencia del humano ser.

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